viernes, 29 de abril de 2011

En un estado tan perfecto, sacando lo que llevo dentro y admirando a los de mí alrededor.
Puedo decir que me siento la
más afortunada del mundo, que me miraría una y otra vez al espejo y gritaría lo feliz que estoy, una y otra vez saltaría de una montaña  a otra, una y otra vez   leería los pequeños cuentos de mi estantería y los volvería a leer de nuevo, una y otra vez volvería a cantar canciones toda la noche hasta dejarme la voz en cada una de ellas, y por supuesto, una y otra vez me volvería a proponer nuevas metas y nuevos sueños, pero nunca tan perfectos como el que vivo mi día a día.

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